Ya sabéis que a mí por la mañana es cuando me gusta "mirar por mi ventana" y agradecer al Universo, todo lo que veo, y todo lo que me da, y preparar mi día, con ilusión y con mucho amor.
Hoy era uno de esos días en los que había quedado con unas amigas para almorzar juntas.
Cuantas sorpresas te depara el día a día, a veces de quien menos de lo esperas, recibes cariño y comprensión.
Esta mañana el frío era insoportable, el viento gélido me helaba mi cara, casi que no me dejaba ni caminar, por fin he llegado al sitio donde habíamos quedado, menos mal que se estaba calentito, al poco rato de sentarnos, me han dado una bolsa, al abrirla estaba toda llena de pétalos de tosa, y debajo había un centro muy especial con cuatro rosas, me he quedado que no sabía que decir, era un detalle para mi cumpleaños de unas personas que nos encontramos cada día en el gimnasio y eso es lo que más me ha sorprendido, pues en realidad no tenían ninguna obligación de hacerlo.
Y eso es lo que me ha hecho pensar, que "siempre hay algo que agradecer" y algo por lo que dar gracias al Universo.
A veces nos permitimos el lujo de juzgar a las personas, sin darnos cuenta de que nosotros no somos jueces de nadie, y que lo primero que tenemos que hacer es respetarlas, el que nos guste o no nos guste como son, eso es aparte, tú puedes decidir, si te conviene estar con ellas o no, pero el respeto a su forma de ser, eso es primordial, si quieres que también te respeten a ti.
Hay una frase de Khira que me gusta mucho y es "primero quiérete a ti mismo, para que puedas querer a los demás", "cuando aprendas a quererte verás qué fácil es querer y aceptar a los demás".
Deportista
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